Los orígenes del comercio se
remontan a finales del neolítico, cuando se instituyó la agricultura. Al
principio era una agricultura de subsistencia, donde las cosechas obtenidas
eran las justas para la población dedicada a los asuntos agrícolas. Sin
embargo, a medida que iban incorporándose nuevos desarrollos en esta actividad,
las cosechas obtenidas eran cada vez mayores y los excedentes facilitaron un
intercambio local de otros bienes por alimentos, que dieron paso al trabajo con
los metales, la rueda, el torno, la navegación, la escritura, nuevas formas de
asentamientos urbanos, etcétera.
¿Pero qué pasaba con el exceso de
demanda? Cada día la población aumentaba y dando un ejemplo, el alimento que se
pescaba en Veracruz, también lo querían en el Centro de México ¿Qué hacer?
Rutas comerciales. Y si por otra parte, ¿Qué pasaba si España comercializaba
con los metales preciosos del actual México?
A lo largo de la Edad Media,
empezaron a surgir unas rutas comerciales transcontinentales que intentaban
suplir la alta demanda europea de bienes y mercancías. Entre las rutas más
famosas
destaca la Ruta de la Seda, pero también había otros importantes como
las rutas de importación de especias.
¿Quiénes dieron origen al comercio Internacional?
Adam Smith:
Contribuyo con la teoría de la división internacional del trabajo al demostrar
las ventajas de la especialización y las conveniencias del intercambio entre
países, el libre cambio amplia la demande para los productos a la vez que la
magnitud del mercado amplia los limites de la producción.
David Ricardo:
Con su teoría de los costos comparativos abrió amplios oportunidades para el
estudio del comercio internacional, este apoyaba la existencia de dos
principios diferentes que regían. Por un lado, el intercambio nacional y por
otro el intercambio internacional.
John S. Mill:
Aporto con la demanda reciproca como la principal fuerza determinante de la
relación de cambio, extrajo la ley de los valores internacionales que
necesariamente produce el equilibrio en el intercambio internacional.
La revolución industrial en
Inglaterra señaló el comienzo de una nueva era económica, y contribuyo al
nacimiento de la
Escuela Económica Clásica, llamada así por haber sido
considerada como la fundadora de la
Ciencia Económica. Se
afirma que la Escuela
Clásica nace con la publicación de “La riqueza de las
Naciones”, de Adam Smith, uno de los mayores exponentes, en el año 1776, otro
que se destaco fue David Ricardo.
Hoy en día, y gracias a las
herramientas telemáticas de comercio electrónico, en segundos conseguir lo que
a veces tardaba meses, acortando los tiempos y las distancias, el gran reto es
la armonización de los mercados laborales y regulatorios para que también
logremos transferir los mecanismos de organización social que han logrado
generar bienestar en los países más aventajados tecnológicamente. La relación
entre mayor libertad económica y desarrollo es irrefutable.
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